Comenzamos la cuaresma dando inicio a la celebración del miércoles de ceniza en la que las hermanas de la comunidad y parte del personal de la clínica participaron, la Santa Misa fue celebrada por el Padre Jorge Lettera donde le compartimos la homilía.
La voz de Jesucristo nos
despierta en este día y llama a todos a una religión sincera. Sus palabras se
refieren a las tres grandes prácticas de
la piedad, como lo enseñó Jesús con su ejemplo. Se trata de la oración, el ayuno y la limosna.
Cuaresma, cuarenta días;
un tiempo en que la Iglesia
se une a Jesucristo que se fue al desierto. Así también nosotros nos vamos al
desierto; nosotros nos vamos con Jesucristo, y por eso la
Cuaresma es como
un gran retiro espiritual. La
Iglesia entera entra en retiro espiritual durante la Cuaresma.
El Papa San Juan Pablo II ha dicho varias veces, que si el mundo pierde el sentido del pecado, pierde
también el sentido del amor de Dios y de la gracia de Dios. Y por eso hay
que empezar ese tiempo de Cuaresma con la mirada desde el principio puesta en la Cruz de Jesucristo, con esperanza en la
Resurrección.
Arrepentirse de los
pecados no es llenarse de culpabilidades. Arrepentirse de los pecados no es
llenarse de auto-castigos. El
arrepentimiento es en primer lugar eso, volver a la verdad, quizá humilde,
quizá herida, quizá golpeada, sencilla, a esa verdad de lo que yo soy en
realidad.
¿Por qué la ceniza? El
pueblo de Israel utilizaba este signo para indicar el arrepentimiento, para indicar la humillación. La ceniza que ponemos en nuestra cabeza, en nuestra
frente es una señal de que nuestro
corazón se arrepiente delante de Dios. Pero así como al principio en la
creación del polvo de la tierra, del lodo, de esa naturaleza que ya estaba,
Dios pudo formar al ser humano, así también de nuestro abatimiento y de nuestra
ceniza Él puede levantarnos y
convertirnos y hacer de nosotros hombres nuevos, mujeres nuevas.
Por eso, nuestro primer
esfuerzo cuaresmal necesariamente ha de ser el de la oración: el encuentro personal con el Señor en los Sacramentos, en la Liturgia y en la oración
personal y comunitaria.
La renuncia a uno mismo se
verifica y realiza en actos concretos
de ayuno y penitencia : pequeños
sacrificios, como el ayuno, con los que podes negarte un poco a ti mismo para amar
más a Dios y al hermano.
Pidámosle al Señor que todo nazca del corazón y no por simple
orgullo de aparentar, que todo sea por
amor y para amar. Que así sea.
LES DESEAMOS CON LA GRACIA DE DIOS UN BUEN COMIENZO DE CUARESMA!!!
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